Tras las huellas de Caravaggio en Roma
Si viajar a cualquier ciudad implica una ardua investigación previa, Roma supera a todas ellas y uno no sabe con que quedarse, la Roma antigua, el Vaticano y sus museos, la Roma barroca, museos, galerías, palacios, sitios de interés..., no importa, las guías turísticas nos mezclarán todo ello, ofreciéndonos diferentes itinerarios por la ciudad.
Permitirme proponer un itinerario que recorriendo parte de lo que nos puede interesar , mantenga un hilo conductor, o una simple excusa, para ir narrando parte de la vida de uno de los pintores más interesante de todos los tiempos: Miguel Ángel Merisi de Caravaggio, cuya obra está magníficamente representada en esta ciudad.
TRAS LAS HUELLAS DE CARAVAGGIO
Miguel Ángel Merisi deja Milán en el año 1592, seguramente aprovecha el viaje de la marquesa de Caravaggio, Constanza Colonna, para unirse a su comitiva y protegerse así de bandidos y asaltantes de caminos. Ha vendido su parte de la herencia familiar y busca en Roma completar su educación artística atraído como tantos otros por el esplendor y la gloria de esta ciudad, centro de la antigua civilización.
Durante los pontificados de Julio II (1503-1513) y León X (1513-1521) Roma fue el centro del Renacimiento con artistas como Miguel Ángel y Rafael, pero mas tarde la ciudad cayó en el abandono tras el saqueo de la ciudad por las tropas imperiales de Carlos V en el año 1527, decadencia y desolación asolaron la ciudad durante estos años, pero a finales del siglo XVI con el pontificado de Sixto V, entre los años 1585 y 1590 surge una nueva y moderna Roma, la Roma Sancta, la capital del cristianismo Renovado.
Entre 1588 y 1590, la cúpula de San Pedro había sido terminada, convirtiéndose en una de las maravillas arquitectónicas de Europa. El Papa creó una serie de avenidas largas y rectas que unían las siete basílicas de Roma a las que acudían los peregrinos en busca de indulgencias, la más célebre de estas avenidas era la strada Felice, (el papa se llamaba Felice Peretti) hoy llamada Via Sistina y Quatro fontane. El nuevo fervor surgido de la Contrareforma, provocó la aparición de multitud de iglesias y conventos.
Se restauraron los acueductos y las calles se jalonaron de obeliscos y fuentes que servían de referencia en el nuevo entramado urbano
En esta época, Roma era todavía una ciudad pequeña, su población rondaba los 100.000 habitantes, y estaba sometida al poder de los papas y dominada por los cardenales. Era una ciudad insegura, el hambre y el consiguiente temor a los bandidos eran amenazas permanentes. A partir de 1590 y en apenas dos años, se produjeron cuatro sucesiones de papas que fomentaron el caos y la inseguridad, y ello unido a la amenaza protestante , el miedo a los turcos y las permanentes disputas entre los seguidores de franceses y españoles por el dominio político del papado, creaban una gran inseguridad y hacían de Roma una ciudad peligrosa.
Con la elección de Ippolito Aldobrandini, Clemente VIII, el 30 de Enero de 1592, se restauraron las medidas de seguridad y estabilidad. En torno a la corte pontificia, se agrupaban cardenales, la aristocracia romana y embajadores de estados importantes, todos ellos vivían en suntuosos palacios y magníficas villas con grandes jardines en pleno centro de Roma y constituían una importante fuente de mecenazgo para los artistas.
Esta es la Roma que se encontró Caravaggio, una turbulenta y atractiva ciudad llena de posibilidades para un artista de su categoría, pero los comienzos no serían fáciles, recorramos sus pasos y su obra por la ciudad.
Entre 1588 y 1590, la cúpula de San Pedro había sido terminada, convirtiéndose en una de las maravillas arquitectónicas de Europa. El Papa creó una serie de avenidas largas y rectas que unían las siete basílicas de Roma a las que acudían los peregrinos en busca de indulgencias, la más célebre de estas avenidas era la strada Felice, (el papa se llamaba Felice Peretti) hoy llamada Via Sistina y Quatro fontane. El nuevo fervor surgido de la Contrareforma, provocó la aparición de multitud de iglesias y conventos.
Se restauraron los acueductos y las calles se jalonaron de obeliscos y fuentes que servían de referencia en el nuevo entramado urbano
En esta época, Roma era todavía una ciudad pequeña, su población rondaba los 100.000 habitantes, y estaba sometida al poder de los papas y dominada por los cardenales. Era una ciudad insegura, el hambre y el consiguiente temor a los bandidos eran amenazas permanentes. A partir de 1590 y en apenas dos años, se produjeron cuatro sucesiones de papas que fomentaron el caos y la inseguridad, y ello unido a la amenaza protestante , el miedo a los turcos y las permanentes disputas entre los seguidores de franceses y españoles por el dominio político del papado, creaban una gran inseguridad y hacían de Roma una ciudad peligrosa.
Con la elección de Ippolito Aldobrandini, Clemente VIII, el 30 de Enero de 1592, se restauraron las medidas de seguridad y estabilidad. En torno a la corte pontificia, se agrupaban cardenales, la aristocracia romana y embajadores de estados importantes, todos ellos vivían en suntuosos palacios y magníficas villas con grandes jardines en pleno centro de Roma y constituían una importante fuente de mecenazgo para los artistas.
Esta es la Roma que se encontró Caravaggio, una turbulenta y atractiva ciudad llena de posibilidades para un artista de su categoría, pero los comienzos no serían fáciles, recorramos sus pasos y su obra por la ciudad.
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Roma, grabado de Antonio Tampesta.
Caravaggio llega a Roma por el norte, por la Vía Flaminia, antigua vía romana , y cruza el Tiber por el Puente Milvio:
La representación de dicha batalla la encontraremos en las Estancias Vaticanas, pintadas por el pintor Divino, Rafael Sanzio, y sus discípulos por encargo del papa Julio II, y junto a su famosa obra La Escuela de Atenas en la sala de la Signatura. Pintaba estas salas al mismo tiempo que Miguel Ángel estaba pintando el techo de la Capilla Sixtina.
Esta batalla queda también reflejada en los frisos del Arco de Constantino, junto al Coliseo, y en ellos se describe la victoria (atribuida a la intervención divina) que convierte a Constantino en el emperador de los territorios occidentales del Imperio y que dio lugar a la legitimación del cristianismo en el imperio romano.
Caravaggio sabe que está ya en Roma, atraviesa los viñedos de la villa Giulia, mandada construir por el papa Julio III entre 1550-1555. Fue diseñada por Jacopo Vignola, y es un claro ejemplo de la arquitectura manierista, en donde intervinieron también Miguel Ángel y Giorgio Vasari. Actual Museo Nacional Etrusco,
y llega a la puerta del Popolo, en las murallas Aurelianas, puerta norte de acceso a la ciudad. Asomaros en la plaza del Popolo por dicha puerta y veréis una vía larga y recta que discurre hacia el norte, esa es la vía Flamínia, último tramo del viaje de Caravaggio a su llegada a Roma en el otoño del año 1592.
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